miércoles, 18 de septiembre de 2013

EL SECRETO DEL TEMIBLE LAMPÖNAK


¿Qué es lo que lleva al lampönak a ser uno de los mejores depredadores del desierto Aridöndiano?
Se preguntan muchos habitantes de nuestro querido planeta, como es posible que una criatura como el lampönak, carente de los sentidos que por lo general agudizan los mejores depredadores, pueda ser tan feroz y efectivo en su empeño de supervivencia.

Un lampönak en su mejor momento puede llegar a arrasar con un rebaño entero de cabrättas, que no es una broma sino más bien un delirio, teniendo en cuenta la cantidad de proteínas que contiene una sola molleja de cabrätta.

El lampönak carece de ojos, de oído y por supuesto que de olfato. Desconociéndole y mirando a un lampönak desde cierta distancia podríamos pensar que no es más que una bola con patas, de hecho su boca se oculta en la parte inferior de su cuerpo casi esférico.
Entonces, ¿como es posible que arrase por donde pase?, que encuentre alimento en el desierto más hóstil del Planeta y que sin verlo, o irlo ni olerlo, pueda comerlo.

Según las investigaciones de científicos del Ministerio de Ciencia del Planeta Mincha, de la talla de Pichük o Arkämutto, entre otros muchos; y a través de diferentes investigaciones y experimentos, se ha llegado a la conclusión de que su motor de búsqueda y supervivencia es la intuición.

La intuición que no es otra cosa que aquello de lo que precisamente carecen muchos habitantes del ecosistema mincha, a pesar de que pueden ver, oir y olfatear con excelentes niveles de acierto. Y es que quizás sea ese exceso de sentidos lo que atrofia y a veces llega a anular por completo el misterioso sentido natural del área intuitíva de la que presumiblemente todos los seres gozan. Sirva esta monstruosa y temida criatura de ejemplo.